UNA PIZCA DE OPTIMISMO

Decididamente me marcho, me voy con ilusión, con grandes expectativas pero con mucho miedo y algo de tristeza. Finalmente me voy sola y debería estar contenta porque es lo que quería pero sé que en el fondo voy a echar mucho de menos a M y la sensación de seguridad que él me proporcionaba ahora no la voy a tener. Me voy sola, a un pais extraño,a una gran casa vacía, con una cultura radicalmente opuesta a la mía, con normas estrictas que mi por mi educación me parecen denigrantes para las mujeres...pero me voy. No sé cuánto aguantaré allí ni si todo va a ir bien pero tengo que intentarlo. Imagino que el sentimiento de culpa por marcharme así y por todo lo demás se me irá pasando poco a poco, el tiempo destruye todas esas cosas y los pasos que doy van encaminados a que todo sea mejor, a una evolución y quiero que así sea. Los cambios tan bruscos siempre son un poquitín traumáticos pero, efectivamente, nadie se muere por ellos.