Tengo un ángel de la guarda que cuida de mí durante el día y me mira cuando duermo. Mi ángel de la guarda es de carne y hueso aunque no parece de este mundo.
Siento no poder ofrecerle nada de valor por sus servicios...
Siento si a veces le hiero...
Siento si le mino el corazón...
Pero no puede ser de otra manera
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Bonito post..
Saludos
R.
Publicar un comentario